Otro aspecto que se tiende a olvidar es que no todo es virtualizable. He visto casos en que, al virtualizar un servidor de base de datos aparentemente inofensivo y con poca carga, el rendimiento de este caía inexorablemente. Debemos conocer las tripas de nuestras máquinas y aplicaciones antes de decidirnos por virtualizarlos. Una evaluación de rendimiento, de dependencia entre servidores y aplicaciones es un esfuerzo necesario si no queremos multiplicar por dos o tres el número de servidores y dividir por dos nuestro rendimiento y recursos.
Para que os valga de guia, venga una lista de candidatos a virtualización:
- Servidores de actualización de antivirus.
- Servidores de monitorización. (Todo es cuestión de tamaño... depende de lo que monitoricéis).
- WSUS.
- Servidores FTP (salvo que tengáis tropecientos mil usuarios simultáneos).
- Servidores Web (en especial si creáis granjas de balanceo, ya sea con el WLBS o con balanceadores externos).
- Sharepoint Portal... (es una maravilla).
- SQLs de apoyo (Bases de datos de WSUS, monitorización, etc).
- Entornos de desarrollo y preproducción.
- Servidores heredados... si, esos NT, Windows 9x o Netware que tienen aplicaciones inamovibles o no actualizables.
También el diseño de la instalación de VMware tiene su aquél; Almacenamiento compartido, red para VMotion, diseño de carga de los servidores, red local en general, etc... puede convertirse en la cuerda con la que ahorcarnos en un infierno virtual. Hablaremos del diseño en otra ocasión.
Hasta la próxima.
J.
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